lunes, 22 de octubre de 2012

#EnLoPersonal: La vida es más que un solo libro

Con esta entrada, tras mucho tiempo parado, vuelvo a escribir. Escribo de lo intimo. De lo privado. De vivencias. Y lo hago porque hace tiempo que la frustración colmo mi vaso y me cuesta seguir teniendo esperanza por mi por lo visto arcaico sentido de la justicia y los derechos. Cansado de ver como a mi alrededor aquellos que gritan luchar por la sociedad, muestran claramente aunque en segundo plano que eso va irremediablemente ligado a convertirla en uno del estilo que ellos quieren. Y si no te miran mal.

Falta dialogo. Aquel #SinBanderas que hizo que todos arrimáramos el hombro. Y los escombros de aquel maravilloso movimiento que fue el #15M se ha convertido en una exigua sombra cargada de ideologías...

Aún así... si me topo contigo en persona y me sacas el tema, probablemente volveré a debatir porque en el fondo, como en cierta realidad virtual me etiquetan, soy un "Momio", un tío que no puede evitar mirar con seriedad a lo que le rodea y jamas se aislará ni ignorará su sociedad. La de todos.




#EnLoPersonal: La vida es más que un solo libro.

El otro día me encontré a una vieja amiga. Creo que es el mejor calificativo que puedo darle. Porque la gran amistad que compartimos, no volverá probablemente... pero el afecto ligados a recuerdos importantes hará que jamás perezca el cariño. Del mismo modo que nada volverá a ser lo mismo.

Me la encontré saliendo del tren. Y parecía bien acompañada. Lo que se me antojó de primeras más sorprendente: ella me saludo. Después de todo lo ocurrido, me saludo. Con su guitarra al hombro y una, para mí, enorme y hermosa sonrisa sincera. Me deslumbró. Me vinieron mil pensamientos a la mente, pero sobre ellos sobresalía uno claro: ¡ERA FELIZ! A pesar de su historia personal. A pesar de los mil y un problemas... jamas la vi tan francamente feliz.

Fue un pequeño encuentro fugaz, un saludo cortes. Un pequeño intercambios de palabras. Pero un bálsamo increíble para mi tormentosa vida personal actual. Ahí estaba ella. La que hace meses cuando la encontraba me trataba con la frialdad de un lejano sencillo conocido. La que casi me esquivaba porque no era agradable. Porque "no había nada que hablar" entre nosotros. Desconozco como le iba. Sospeche por esa pequeña sensibilidad solo para percibir cuando una persona no es feliz. No digo triste, sino infeliz.

Pero ya no. Sea por la que parecía su nueva pareja, por algún proyecto... por lo que sea... mostraba una felicidad no fingida, autentica.




Siempre fue una referencia en casi todo para mi. Y siempre lo será. No en vano a cada persona que conozco, como un buen amigo dice, se la "presento" a través de mis vivencias. Porque soy quien soy en buen parte por ella. Y siempre me maldije por como nuestros caminos se separaron.

Pero ya no. Tras ese casual encuentro, solo se me vino una frase en la mente: "Todo esta bien" A pesar de todo, los finales de episodios pueden ser bueno aunque el camino sea tortuoso.

Mientras salía de la estación con una enorme sonrisa, ese pensamiento es el que me venía a la mente: he pasado página. Se acabo el capítulo.




Y entonces se me vino a la mente: Es verdad, pero solo del libro que compartimos. De la relación interpersonal entre ella y yo. Un libro leído en primera persona donde a veces el narrador somos nosotros con monólogos que leerán solo algunas personas. Y en especial los hay que ella no los leyó, como yo alguno de los suyos. Otros que compartimos ella y yo y nadie más, otros que saben muchos... ese libro es nuestra historia... y hasta la muerte de alguno de los dos, siempre seguirá abierto, avanzando, porque a pesar de la distancia y del tiempo, aún le queda para el final.

Y comparando ese libro con el otro más importante junto a este en mi vida... después de que esta feliz amiga me desvelase hace tiempo algunos capítulos ocultos antes para mi... no pude evitar entender ahora más que nunca sus puntos de vista.

Puedes apreciar muchísimo a alguien. Puedes amarla, no hacerlo, haberlo hecho pero ya no... pero que sea importante y la aprecies mucho. Y parecerte una persona genial... que eso no evitará que tal vez mantener el contacto se vuelva imposible. Que a pesar del aprecio que le tengas, la frustración y sobre todo el sentirte defraudado por esa persona te supere y la vuelva nociva para ti.

En ese otro libro, tuvimos un capítulo digno de novela romántica con final casi dramático. Y le siguió uno tortuoso pero interesante, donde ese gran aprecio y admiración que sentía por ella consiguió derribar uno tras otro diversos obstáculos cargados de desesperación... de esa frustración... de sentirte traicionado y pensar que fui engañado. Que vi demasiado a quien quería ver y que en la realidad las personas románticas, amorosas, que aprecian el cariño y lo que nos aportamos más que el físico y los tópicos... cuando en realidad puede que no fuera así.

Puede que ella no se explicará bien, o yo no quisiese entender... que más da. Eso ya es pasado.




Lo malo ahora es que parece que he cerrado otro capítulo. No fui capaz de explicarme bien probablemente. Y ella además prefería no entenderme... y así, de manera acelerada, la distancia de por medio se hace increíblemente enorme. Y cada milímetro me duele en el alma, me duele y me paraliza... dejando congelada "mi yo personal"... quedándome apenas mi parte profesional y pública.

Y así avanzo. Sin saber de nuevo a donde ir, sin saber si hago bien permitiendo esto. Pero ya no me quedan fuerzas para luchar contra el último obstáculo. Y como yo no puedo más y a ella le viene bien, probablemente el nuevo capítulo sea largo. Un capítulo de distancia y exilio...


Esta es mi realidad. Y ahora que más ilusionado que nunca estoy en lo profesional, más perdido estoy en lo personal. Y sin rumbo ni motor interno, el desequilibrio en mi vida acabará con todo... mientras sigo buscando gente nueva y avanzando aunque a cámara lenta en otros libros, en otras historias compartidas... pasando muy lentamente hojas sin saber a que atenerme o a donde ir.

Solo se que tengo que luchar por mi vida, por mi alma, por mi ser. Sea como sea. Porque esa que siempre marcará mi historia con un solo momento le basto para demostrármelo: "Todo estará bien"